26 de septiembre de 2008

Me gustas - Hiroshima mon amour



EL — Tú no has visto nada en Hiroshima. Nada.
ELLA — He visto todo, todo... también el hospital, estoy segura. El hospital existe en Hiroshima. Imposible no verlo.
EL — No has visto ningún hospital en Hiroshima. Tu no has visto nada en Hiroshima.
ELLA — Cuatro veces, en el museo.
EL — ¿Qué museo en Hiroshima?
ELLA — Cuatro veces en el museo de Hiroshima, he visto pasear a la gente, pensativa, entre las fotografías y las maquetas, a falta de otra cosa. Las explicaciones, a falta de otra cosa. Cuatro veces en el Museo de Hiroshima he observado a la gente, a mí misma, pensativa. El hierro... el hierro quemado, vulnerable como la carne. Cápsulas como flores... ¿quién lo hubiera pensado? Pieles humanas flotando, sobreviviendo... conservando aún la frescura de sus sentimientos.Piedras... piedras quemadas... piedras destrozadas. Cabelleras anónimas de las mujeres de Hiroshima, que habían perdido totalmente a la mañana al despertarse. Sentí mucho calor en la Plaza de la Paz. Diez mil grados en la Plaza de la Paz. Yo lo sé. La temperatura del sol en la Plaza de la Paz. ¿Cómo ignorarlo? La hierba, así de simple.
EL — Tú no has visto nada en Hiroshima. Nada.



ÉL.— ¿Por eso me dejaste subir a tu habitación anoche...? ¿porque era tu último día en Hiroshima?
ELLA. — No, en absoluto. Ni siquiera lo pensé.
ÉL. — Cuando hablas, me pregunto si estás mintiendo o si dices la verdad.
ELLA. — Estoy mintiendo. Y digo la verdad. Pero a ti no hay razón para que te mienta. ¿Para qué?
ÉL. — Dime... ¿te pasan a menudo historias como... ésta?
ELLA. — No muy a menudo. Me gustan los chicos...
(Pausa)
ELLA. — Soy de dudosa moralidad, ¿sabes?
(Sonríe)
ÉL. — ¿A qué llamas tú una dudosa moralidad?
(Tono muy ligero)
ELLA. — A dudar de la moralidad de los demás.
(Él se ríe con ganas)
ÉL. — Me gustaría volver a verte. Aunque el avión salga mañana por la mañana. Aunque seas de una dudosa moralidad.


ELLA — Y te encuentro a ti.
Te recuerdo. ¿Quién eres?
Me estás matando.
Eres mi vida.
¿Cómo iba yo a imaginarme que esta ciudad
estuviera hecha a la medida del amor?
¿Cómo iba a imaginarme que estuvieras hecho a la medida
de mi mismo cuerpo?
Me gustas. Qué acontecimiento. Me gustas.
Qué lentitud, de pronto.
Qué Dulzura.
Tú no puedes saber.
Me estás matando.
Eres mi vida.
Tengo tiempo de sobra. Te lo ruego.
Devórame.
Defórmame hasta la fealdad.
¿Por qué no tú?
¿Por qué no tú, en esta ciudad y en esta noche tan semejante a las demás que se
confunde con ellas?
Te lo ruego...



ELLA — Hi-ro-shi-ma. Tengo que cerrar los ojos para acordarme... (frase no incluida en el film). Quiero decir acordarme de cómo, en Francia, antes de venir aquí, me acordaba de Hiroshima. Siempre pasa lo mismo con los recuerdos...


Fragmentos del guión del film de Alain Resnais, escrito por Marguerite Duras.
Hiroshima mon amour (1959)
Dirección: Alain Resnais
Guión: Marguerite Duras
Elenco: Emmanuelle Riva, Eiji Okada

20 de septiembre de 2008

Llévame

1. El olvido

en la otra orilla de la noche
el amor es posible

–llévame–

llévame entre las dulces sustancias
que mueren cada día en tu memoria.

Alejandra Pizarnik, desde 'Los trabajos y las noches'. 1965
.
.
2. El camino
Trémula, la noche se está yendo con la madrugada. Duermes ángel, cobijada, amada.
"Yo no creo en la existencia de los ángeles, aunque mirándote me pregunto si eso es verdad, pero si lo hiciera los convocaría a todos, y les pediría que velaran por ti, que cada uno encendiera una vela para ti, para hacer brillante y claro tu camino", canta Nick Cave desde la bellísima 'Into my arms'.
Me tiendo a la luz. Estas canciones regresan luminosas de tanta belleza.
Me tiendo a tu luz.

“Baja, baja pequeño Henry Lee,
y permanece conmigo toda la noche.
No encontrarás a otra chica en éste maldito mundo,
que se pueda comparar a mí.
Y el viento aulló, y el viento sopló”.

Nick Cave y PJ Harvey & The Bad Seed, ‘Henry Lee’: http://es.youtube.com/watch?v=uHdNCHomHlU
.
Fotografía: Nan Goldin, NY

11 de septiembre de 2008

Sigur Rós en el MOMA - NY


Oriundos de Reykjavik (Islandia), el de Sigur Rós no es un caso más a la hora de pasar en limpio lo que sobresale en el horizonte sónico del planeta por estos tiempos. Banda de culto por donde se la escuche, Sigur Rós germinó hacia 1994 –su nombre podría traducirse como Rosa de la Victoria–, de la mano de su vocalista Jón Þór Birgisson. Con un sonido tan revelador como puro, el camino de estos islandeses va de la búsqueda al misterio y de la exploración sonora a la delicada belleza de sus canciones.
Llevan más de cinco álbumes editados desde el début Von (1997), al que le siguieron Von brigði (1998, remixes), y el impresionante Ágætis byrjun (1999). Lo siguiente fue más allá de toda convención discográfica del mainstream. Se trató de un álbum sin título, con canciones sin nombres, con un booklet de hojas en blanco para que las llene el que escucha la obra, y además, sin un lenguaje conocido.
El disco bautizado ( ) (2001) es una invitación a que la gente sea partícipe del proceso creativo de una obra de alguna manera en proceso. La sonoridad Sigur Rós en este disco fue de neto corte experimental. En ( ) no hay nada establecido, es lúdico, es gutural, hasta primitiva, como los balbuceos y sonidos vocales que funcionan como un instrumento y cuyo lenguaje ellos bautizaron como volenska (o hopelandic).
Takk… (2005) fue lo siguiente donde “Hoppípolla” y “Glósóli” sobresalen con dos videos/gemas que confirman que para los Sigur Rós es tan importante el sonido como la representación visual, tanto de su arte como de sus videos. Belleza en estado puro.
Vale la pena buscar Heima, el primer DVD en vivo de la banda y un álbum doble con rarezas, vivos y lados B que data de ese año también. En cualquier caso, a Sigur Rós se puede llegar por muchos caminos, lo justifica la reivindicación de la música como estímulo para el placer, para los sentidos, con un lenguaje que no necesita traducirse ni entenderse desde ninguna lógica y cuyo magma sonoro saludablemente desafía los cánones del rock convencional.

Hace poco, el 17 de junio pasado, Sigur Rós ofreció un concierto especial en el Museo de Arte Moderno de New York (MOMA), en el día de la independencia de Islandia, repasando temas de todos sus discos. Gracias a Current.tv podemos ver en forma gratuita y parcial, 46 minutos de ese vivo maravilloso.

http://current.com/topics/77037582_sigur_ros

6 de septiembre de 2008

Tres cuadros: agua tierra aire




1. La belleza del movimiento

Siempre recuerdo esas palabras de Lennon, ‘la vida es eso que te está pasando mientras vos te empecinás en hacer otras cosas’. Debo dejar de pensarlo seriamente, y subirme a un bote y bajarme por los rápidos del río Juramento. Hay nuevas lecturas desde el abismo, el sol de la tarde en el balcón que nadie saltó, el viejo Symns regresando después de tanto, apuntes sobre cine e identidad que mostraré por ahí, llamadas vacías, voces vacías, gente vacía. Regreso por las canciones de Leonard Cohen y Marvin Gaye, mientras Editors atrona en la bandeja. Estoy saliendo al mundo nuevamente, y cuando empiezo a mirar todo de nuevo ya no se muy bien cuáles son -o eran- mis calles favoritas, las sombras, balcones o aromas preferidos. A veces creo que esta ciudad, como todas, está hecha de una trama de misterios y secretos que se develan de modos sigilosos, y en la que nosotros operamos como actores vacuos, casuales, incidentales. Definitivamente esto no es una fábula de Esopo. La tragedia es anacrónica, y últimamente solo balbuceo. Me lo merezco: ‘ser el siguiente acto que espera entre bastidores’ como dice Yorke. Me estoy quedando sin creencias, ni siquiera en los proverbios creo. "Ubi dubium ibi libertas" (Donde hay duda, hay libertad) reza un proverbio latino. ¿Debería empezar a creer en ellos acaso? ¿Creer en algo para asirte de ello?
Varias horas después un fragmento de “Mi amada estanque azul huerto cabellos”, desde ‘Todo el viento del mundo’, de Edgard Bayley.
(…)
“te doblegas te curvas en tu fiebre antigua en tu costado
los dos solos devorando toda noche toda celda
súbito amanecer canal del sueño
lengua que disuelvo en mi silencio en mis dos puertos
tibio cuerpo llegada partida del mar polo irremediable
y humedecido y nadando entre cataclismos y lámparas y brazos
sin memoria sin nombre
abierto al dios que nos recrea
en cada espasmo de labios azules de piedras azules
en la nuca en la espuma en el purísimo rescoldo
desciendo al día primero a la primera mañana al aviso inicial
por tus ojos por tu boca por tu sexo penetro me despido
pierdo altura razón vidamuerte te tomo me disuelvo
y otra vez te amo soy el día cerca de tus hojas
un río una voz”.


2. Los dos viajes
“Puede decirse que la fuga ha terminado, pero también que sigues de viaje en tu casa, por la carretera perdida.
El mundo se te ha convertido, tras tu lento regreso, en un país extranjero donde ya no existe la necesidad de huir de él ni tampoco la de volver a casa.
Antes de que el mundo fuera un país extranjero, la literatura era un viaje, una odisea. Había dos odiseas, una era la clásica, una epopeya conservadora, que iba desde Homero a James Joyce y en la que el individuo regresaba a casa con una identidad reafirmada, a pesar de todas las dificultades, por el viaje a través del mundo y también por los obstáculos hallados en su camino: Ulises, en efecto, volvía a Ítaca, y Leopold Bloom, el personaje de Joyce, también, en su caso lo hacía en una especie de viaje circular de la repetición edípica. La otra odisea era la del hombre sin atributos de Musil, que se movía, al contrario que Ulises, en una odisea sin retorno y en la que el individuo se lanzaba hacia delante, sin volver jamás a casa, avanzando y perdiéndose continuamente, cambiando su identidad en lugar de reafirmarla, disgregándola en aquello que Musil llamaba «un delirio de muchos.
(…) Alma y viaje son los conceptos sobre los que indaga con más obstinación y frecuencia el viajero Montaigne, que parece estar huyendo de la oscura tumba en la que yace el espíritu de su tiempo: “El alma tiene ahí (en el viaje) un continuo ejercicio al observar las cosas desconocidas y nuevas; y no conozco en absoluto mejor escuela para formar la vida que proponerle incensantemente la diversidad de tantas otras vidas”.

Fragmento de ‘El mal de Montano’, Enrique Vila-Matas. (Anagrama, Barcelona 2002).


3. Una falsa violación, un haiku
Guada me mostró algo de este chabón. La obra del fotógrafo nipón Nobuyoshi Araki (Tokio, 1940) no es de medias tintas. Se tensa entre la pasión y el odio. Para él, la fotografía es, entre otras cosas, «obscena, una acción amorosa, una falsa violación, un haiku» o un «viaje sentimental». Es implicación personal, es emocional, es toda intensidad hasta la obsesión. Y Tokio es el escenario dramático de la puesta donde el sexo en cuadros brumosos se confunde con jovencitas en sumisión y fetichismo. La mirada de Araki no pasa desapercibida. Vale darse una vuelta.
http://www.arakinobuyoshi.com/
http://www.photology.com/schede/gallery/artisti/SCHEDA2.ASP?ID=3
http://www.lafabricagaleria.com/es/artistaficha.php?idautor=17

Fotografía: Nobuyoshi Araki. Serie diary 2005, y Serie kaori 2002.

3 de septiembre de 2008

Savia - El beso

savia

la rompiente
agua frágil
robó la brisa
de tu ropa interior
suscitándome
barcos
puentes tendidos
espejos éxodos
ángel herida
vitaminas
alma
acróbatas
tierra lejos
combustible claroscuros
refugio constelación
despierto
me conmuevo
nadando agua clara

–sin dudar–
deja
la calma
del camino
perderse hallarte
en las nubes olas
de tu almohada
hasta la mañana

¿me perdí
en vos
sol naranja
misterio rocío
savia mía?
¿despierto
bajo tus párpados
casa
polen de brumas?
¿escuchas
las sirenas del mar
mujer inesperada
verdad?

–sin dudar–
estira tus alas
cúralas sal cúralas
alza vuelo
remonta el sueño
hasta que las hierbas
florezcan
un día de siemprevivas
sol espiga
sin fronteras
.
Retazos de escritos incandescentes desde el inédito 'Pararrayo'
Fotografía: Imagen fragmento de 'El beso' de Gustav Klimt