29 de diciembre de 2008

El amor es una cuestión de coordinación - 2046


– “Una vez me enamoré, pero ella me dejó. Fui a 2046, pensé que quizás estaría esperándome ahí. Pero no la encontré. ¿Me amaba? Nunca lo averigüé. Quizás no debía saberlo. No puedo dejar de preguntarme si me amaba. Quizás la respuesta es un secreto que nadie debía saber”.

– “¿Puedes decirme lo que sientes? ¿Me amas…, o no? Tengo miedo de tu respuesta… pero tengo que pedírtelo: ven conmigo.”

– "El amor es una cuestión de coordinación. De nada sirve encontrar la persona si no es el momento adecuado".

– "No recuerdo hace cuánto estoy en este tren. Empiezo a sentirme muy solo..."

– “Necesito verte. Si sigues pensando que no debemos estar juntos, dímelo con franqueza. Ese día, hace seis años, un arco iris iluminó mi corazón. Aún sigue ahí. Como una llama que arde en mí. ¿Qué sientes tú por mí? ¿Un arco iris después de la lluvia? ¿O… acaso… ese arco iris se borró hace tiempo? Espero tu respuesta”.

– "El amor es una cuestión de tiempo"


Fragmentos de diálogos del filme “2046”, escrita y dirigida por Wong Kar-wai (2004)
Interpretación: Tony Leung (Chow Mo Wan), Gong Li (Su Li Zhen), Takuya (Tak Kimura), Faye Wong (Wang Jing Wen),
Música: Peer Raben y Shigeru Umebayashi.
Fotografía: Christopher Doyle, Lai Yiu Fai y Kwan Pun Leung.

Algunas canciones:
“Perfidia” por Nat King Cole:
http://www.goear.com/listen.php?v=f204107
“Sabor a mí” en la versión del Trío Los Panchos:
http://www.goear.com/listen.php?v=b7c4679
“Contigo en la distancia” x Lucho Gatica:
http://www.goear.com/listen.php?v=f204107
“Algo contigo”, versión Calamaro:
http://www.goear.com/listen.php?v=6797e0b

18 de diciembre de 2008

Los blasfemos márgenes de Perlongher – Evita vive


La controvertida obra de Néstor Perlongher (Buenos Aires 1949 – San Pablo 1992), discutida, revalorizada y aún en proceso de ‘descubrimiento’ desde hace más de una década cuando tras su muerte sus papeles comenzaron a publicarse, remite a insumisión, trasgresión, irreverencia, perversión. La potencia simbólica que tiene su obra está habitada de una violencia provocadora, irredenta, subversiva, que abofetea todo imaginario posible y yendo hasta el fondo, socava jerarquías, cánones y géneros literarios.
En ese camino, hay una operación tangencial en Perlongher: la carnavalización, apoteosis del goce desenfrenado que reinterpreta la trágica realidad histórico política, que logra plenitud en el sarcasmo, la ironía, la risa insaciable, en las márgenes. Literatura border, marginal, explora lo trágico poniéndolo burlescamente en el centro. Bajtin apunta que lo carnavalesco expresa una cosmovisión deliberadamente opuesta a la oficial, pues invierte valores imperantes, jerarquías, ocasionando su destrucción y regenerándolos a su vez, en una realidad opuesta como apunta acertadamente la bahiense Nidia Burgos.
‘Evita vive, en vez de padecer la enfermedad, la muerte, y el dolor por los pobres y afligidos, tal como la inmortalizó la ideología partidaria, goza desvergonzadamente de su cuerpo y procura también placer carnal a otros’.
Fue –aun lo sigue siendo– un cuento maldito en la literatura argentina. “Evita vive” encaja entre esos textos-asedio sobre la figura de Eva Perón, en la que Perlongher reenfoca y disecciona el mito. Santa y prostituta. Canonizada y demonizada, Eva en la pluma de uno de los más altos poetas argentinos del siglo XX, es el centro de una celebración escatológica, ideológica, orgiástica, libertaria.
En la obra poética de Perlongher destellan ‘Austria-Hungría’, ‘Cadáveres’, ‘Hule’, ‘Aguas aéreas’, prosas como ‘El fantasma del Sida’ (1988) y ‘La prostitución masculina’ (1993). Pero ‘Evita vive’ es un punto alto. Obra blasfema, fechada en 1975, fue publicada primero en inglés como "Evita Lives", traducido por E. A. Lacey e incluido en ‘My deep dark pain is love’, en 1983 en una selección de textos de Winston Leyland en San Francisco. Luego se publicó en Suecia como "Evita vive", en 1985. Recién en abril 1987 la revista ‘Cerdos y Peces’ que dirigía Enrique Symns la publicó en castellano en Argentina, pero fue su edición en ‘El Porteño’ en abril de 1989, la que causó una polémica pública.


Evita vive

1.
Conocí a Evita en un hotel del bajo, ¡hace ya tantos años! Yo vivía, bueno, vivía, estaba con un marinero negro que me había levantado yirando por el puerto. Esa noche, recuerdo, era verano, febrero quizás, hacía mucho calor. Yo trabajaba en un bar nocturno, atendiendo la caja hasta las tres de la mañana. Pero esa noche justo me peleé, con la Lelé, ay la Lelé, una marica envidiosa que me quería sacar todos los tipos. Estábamos agarrándonos de las mechas detrás del mostrador y justo apareció el patrón: "Tres días de suspensión, por bochinchera". Qué me importaba, rapidito me volví para la pieza, abro... y me la encuentro a ella, con el negro. Claro, en el primer momento me indigné, además ya venía engranada de pelearme con la otra y casi me le tiro encima sin mirarla siquiera, pero el negro –dulcísimo– me dirigió una mirada toda sensual y me dijo algo así como: "Veníte que para vos también alcanza". Bueno, en realidad, no mentía, con el negro era yo la que abandonaba por cansancio, pero en el primer momento, qué sé yo, los celos, el hogar, la cosa que le dije: "Bueno, está bien, pero ésta ¿quién es?". El negro se mordió un labio porque vio que yo había entrado en la sofocación, y a mí, en esa época, cuando me venía una rabieta era terrible –ahora no tanto, estoy, no sé, más armoniosa–. Pero en ese tiempo era lo que podía decirse una marica mala, de temer. Ella me contestó, mirándome a los ojos (hasta ese momento tenía la cabeza metida entre las piernas del morocho y, claro, estaba en la penumbra, muy bien no la había visto): "¿Cómo? ¿No me conocés? Soy Evita". "¿Evita?"–dije, yo no lo podía creer– . "¿Evita, vos?" –y le prendí la lámpara en la cara. Y era ella nomás, inconfundible con esa piel brillosa, brillosa, y las manchitas del cáncer por abajo, que –la verdad– no le quedaban nada mal. Yo me quedé como muda, pero claro, no era cosa de aparecer como una bruta que se desconcierta ante cualquier visita inesperada. "Evita, querida" –ay, pensaba yo–"¿no querés un poco de cointreau?" (porque yo sabía que a ella le encantaban las bebidas finas). "No te molestes, querida, ahora tenemos otras cosas que hacer, ¿no te parece?" "Ay, pero esperá", le dije yo, "contame de dónde se conocen, por lo menos". "De hace mucho, preciosa, de hace mucho, casi como del África" (después Jimmy me contó que se habían conocido hacía una hora, pero son matices que no hacen a la personalidad de ella. ¡Era tan hermosa!) "¿Querés que te cuente cómo fue?" Yo ansiosa, total igual tenía el encame asegurado: "Sí, sí, ay Evita, ¿no querés un cigarrillo?", pero me quedé con las ganas para siempre de enterarme de esa mentira (o me habrá mentido el negro, nunca lo supe) porque Jimmy se pudrió de tanta charla y dijo: "Bueno, basta", le agarró la cabeza –ese rodete todo deshecho que tenía– y se la puso entre las piernas. La verdad es que no sé si me acuerdo más de ella o de él, bueno, yo soy tan puta, pero de él no voy a hablar hoy, lo único que el negro ese día estaba tan gozoso que me hizo gritar como una puerca, me llenó de chupones, en fin. Después al otro día ella se quedó a desayunar y mientras Jimmy salió a comprar facturas, ella me dijo que era muy feliz, y si no quería acompañarla al Cielo, que estaba lleno de negros y rubios y muchachos así. Yo mucho no se lo creí, porque si fuera cierto, para qué iba a venir a buscarlos nada menos que a la calle Reconquista, no les parece... pero no le dije nada, para qué; le dije que no, que por el momento estaba bien, así, con Jimmy (hoy hubiera dicho "agotar la experiencia", pero en esa época no se usaba), y que, cualquier cosa, me llamara por teléfono, porque con los marineros, viste, nunca se sabe. Con los generales tampoco, me acuerdo que dijo ella, y estaba un poco triste. Después tomamos la leche y se fue. De recuerdo me dejó un pañuelito, que guardé algunos años: estaba bordado en hilo de oro, pero después alguien, no supe nunca quién, se lo llevó (han pasado tantos, tantos). El pañuelito decía Evita y tenía dibujado un barco. ¿El recuerdo más vivo? Bueno, ella, tenía las uñas largas muy pintadas de verde –que en ese tiempo era un color muy raro para uñas– y se las cortó, se las cortó para que el pedazo inmenso que tenía el marinero me entrara más y más, y ella entretanto le mordía las tetillas y gozaba, así de esa manera era como más gozaba.
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2.
Estábamos en la casa donde nos juntábamos para quemar, y el tipo que traía la droga ese día se apareció con una mujer de unos 38 años, rubia, un poco con aires de estar muy reventada, recargada de maquillaje, con rodete... Yo le veía cara conocida y supongo que los otros también, pero era un poco bobo, andaba con Jaime que se estaba picando con Instilasa y yo le tenía la goma, se lo comenté en voz baja y él me dijo algo así como: "cortála loco sabés que sí". Con los ojos en blanco, parecía hacerlo de modo impersonal. Nos sentamos todos en el piso y ella empezó a sacar joints y joints, el flaco de la droga le metía la mano por las tetas y ella se retorcía como una víbora. Después quiso que la picaran en el cuello, los dos se revolcaban por el piso y los demás mirábamos. Jaime apenas me daba un beso largo, muy suave, para eso sí que era genial, porque dos pendejos repálidos se rayaron totalmente entre lo gay y la vieja y se fueron. Pero estaban los blues en la puerta y a los cinco minutos se aparecieron todos con el subcomisario inclusive, chau loco, acá perdimos, menos mal que no había ningún menor porque Jaime había cumplido los 18 la semana pasada, pero igual loco, le habíamos pedido el rouge a Evita y estábamos casi todos pintados como puertas tipo Alice Cooper. Los azules entraron muy decididos, el comi adelante y los agentes atrás, el flaco que andaba con un bolsón lleno de pot le dijo: "Un momento, sargento" pero el cana le dio un empujón brutal, entonces ella, que era la única mujer, se acomodó el bretel de la solera y se alzó: "Pero pedazo de animal, ¿cómo vas a llevar presa a Evita?" El ofiche pálido, los dos agentes sacaron las pistolas, pero el comi les hizo un gesto que se volvieran a la puerta y se quedaran en el molde. "No, que oigan, que oigan todos –dijo la yegua– , ahora me querés meter en cana cuando hace 22 años, sí, o 23, yo misma te llevé la bicicleta a tu casa para el pibe, y vos eras un pobre conscripto de la cana, pelotudo, y si no me querés creer, si te querés hacer el que no te acordás, yo sé lo que son las pruebas". (Chau, fue un delirio increíble, le rasgó la camisa al cana a la altura del hombro y le descubrió una verruga roja gorda como una frutilla y se la empezó a chupar, el taquero se revolvía como una puta, y los otros dos que estaban en la puerta fichando primero se cagaban de risa, pero después se empezaron a llenar de pavor porque se dieron cuenta de que sí, que la mina era Evita). Yo aproveché para chuparle la pija a Jaime delante de los canas que no sabían qué hacer, ni dónde meterse: de pronto el flaco del trafic entró en el circo y se puso a gritar: "Compañeros, compañeros, quieren llevar presa a Evita" por el pasillo. La gente de las otras piezas empezó a asomarse para verla, y una vieja salió gritando: "Evita, Evita vino desde el cielo". La cosa es que los canas se las tomaron, largaron a los dos pendejos que encima se hacían muy los chetos, y ella se fue caminando muy tranquila con el flaco, diciéndole a la gente que estaba en el patio primero y después en la puerta: "Grasitas, grasitas míos, Evita lo vigila todo, Evita va a volver por este barrio y por todos los barrios para que no les hagan nada a sus descamisados". Chau loco, hasta los viejos lloraban, algunos se le querían acercar, pero ella les decía: "Ahora debo irme, debo volver al cielo" decía Evita. Nosotros nos quedamos quemando un poco más y ya nos íbamos, entonces algunas tipas nos hicieron pasar a las habitaciones para que les contáramos –las mismas que hasta hacía una hora nos habían hecho una guerra que no podía ser–. Jaime y yo les hicimos toda una historieta: ella decía que había que drogarse porque se era muy infeliz, y chau, loco, si te quedabas down era imbancable. Claro, la gente no nos entendía, pero como no estábamos haciendo laburo de base sino sólo public relations para tener un lugar no pálido donde tripear, no nos importaba. Estábamos relocos y las viejas déle coparse con el llanto, nosotros les pedimos que ese bajón de anfeta lo cortaran, sí, total, Evita iba a volver: había ido a hacer un rescate y ya venía, ella quería repartirle un lote de marihuana a cada pobre para que todos los humildes andaran superbien, y nadie se comiera una pálida más, loco, ni un bife.
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3.
Si te digo dónde la vi la primera vez, te mentiría. No me debe haber causado ninguna impresión especial, la flaca era una flaca entre las tantas que iban al depto de Viamonte, todas amigas de un marica joven que las tenía ahí, medio en bolas, para que a los guachos se nos parara pronto. La cosa es que todos –y todas– sabían dónde podían encontrarnos, en el snack de Independencia y Entre Ríos. Allí el putito Alex nos mandaba, cada vez que podía, viejos y viejas, que nos adornaban con un par de palos, así después a él le hacíamos gratis el favor y no le andábamos afanando el grabador o las pilchas. De ésa me acuerdo por cómo se acercó, en un Carabela negro manejado por un mariconcito rubio, que yo ya me lo había garchado una vez en el Rosemarie. Con las pibas estábamos haciendo pinta junto al puesto de flores, así que me llamó aparte y me dijo: "Tengo una mina para vos, está en el coche." La cosa era conmigo, nomás. Subí. "Me llamo Evita, ¿y vos?" "Chiche", le contesté. "Seguro que no sos un travesti, preciosura. A ver, ¿Evita qué?". "Eva Duarte", me dijo "y por favor, no seas insolente o te bajás". "¿Bajarme?, ¿bajárseme a mí?", le susurré en la oreja mientras me acariciaba el bulto. "Dejáme tocarte la conchita, a ver si es cierto". ¡Hubieras visto cómo se excitaba cuando le metí el dedo bajo la trusa! Así que fuimos al hotel de ella; el putito quiso ver mientras me duchaba y ella se tiraba en la cama. También, con el pedazo que tengo, hacen cola para mirarlo nomás. Ella era una puta ladina, la chupaba como los dioses. Con tres polvachos la dejé hecha y guardé el cuarto para el marica, que, la verdad, se lo merecía. La mina era una mujer, mujer. Tenía una voz cascada, sensual, como de locutora. Me pidió que volviera, si precisaba algo. Le contesté no, gracias. En la pieza había como un olor a muerta que no me gustó nada. Cuando se descuidó abrí un estuche y le afané un collar. Para mí que el puto Francis se dio cuenta, pero no dijo nada. Cuando me lo terminé de garchar me dijo, con la boca chorreando leche: "Todos los machos del país te envidiarían, chiquito; te acabás de coger a Eva". Ni dos días habían pasado cuando llego a casa y me encuentro a la vieja llorando en la cocina, rodeada por dos canas de civil. "Desgraciado –me gritó–. ¿Cómo pudiste robar el collar de Evita?". La joya estaba sobre la mesa. No la había podido reducir porque, según el Sosa, era demasiado valiosa para comprarla él y no me quería estafar. Los de Coordina no me preguntaron nada: me dieron una paliza brutal y me advirtieron que si contaba algo de lo del collar me reventaban. De esa esquina y del depto de los trolos los vagos nos borramos. Por eso los nombres que doy acá son todos falsos.

Néstor Perlongher

(de "Prosa Plebeya". Publicado por Colihue 1997)

Fotografía: Pintura de Francis Picabia, ‘Dos desnudos’

3 de diciembre de 2008

La maravillosa reina del ‘indie’ Rosario Bléfari

Definitivamente, es la reina del ‘indie’ rock argentino, latinoamericano. Acaba de llegar de Berlín del festival de música electrónica experimental Worldtronics, donde destelló con Lucrecia, una colombiana radicada en Barcelona. La ex líder de Suárez, Rosario Bléfari y de ella se trata esto, no se está quieta afortunadamente. Bajó de Europa esta semana, irá en unos días a mi hermosa La Plata, luego Million, y unos días después, el sábado 13 estará en Salta después de tanto, y el 19 en Tucumán.
Rosario es una de las artistas más completas y emblemáticas que generó la escena del rock independiente criollo desde los noventa –cuando lideraba el grupo de rock alternativo Suárez con el que editó 4 discos–, hasta nuestros días como una artista solista. Además de ser cantante, es actriz, escritora y dramaturga. Pero ante todo, es una productora de cultura en Argentina que usa como pocos una plataforma y un modo de creación: autogestión + experimentación + riesgo artístico + voluntad.
Es muy saludable sentir a Rosario con un disco nuevo bajo el brazo. “Calendario” –sucesor de ‘Cara’ (2002), ‘Estaciones’ (2004), del compilado ‘4 Women no cry’ (2005), ‘Misterio Relámpago’ (2006) y el EP ‘Versiones Relámpago’ (2006)– apareció en noviembre, con canciones creadas como dice ella en formato de conversación, en la que el amor juega un rol protagónico. Definitivamente este disco está habitado de hermosas canciones donde el amor y las relaciones tienen un papel en las historias. “Memorias y deseos consisten por igual en un presente atento a las presencias invisibles de lo que fue y de lo que será o podría ser”.
Pasemos en limpio: Rosario Bléfari es una artista difícil de clasificar. Con su ex banda Suárez en los noventa rompió estructuras en el rock y mostró una metodología novedosa y viable de producción discográfica. Participó en varias obras de teatro, editó un libro de poesías y dos obras de teatro, además de escribir numerosos artículos y ensayos en diarios y revistas. Y en cine, actuó en 11 películas y 2 telefilmes a las órdenes de directores como María Luisa Bemberg, Albertina Carri y Martín Rejtman. Justamente con Rejtman se destacó por su labor actoral en su filme “Silvia Prieto”, por el que fue premiada por su interpretación en el Festival Internacional de Cine de Nantes.
Ella misma define a “Calendario”: en este disco el tiempo sigue siendo un factor (como en “Estaciones”) pero deja de ‘hacer pie’ y se suspende a partir de la pérdida del golpe de batería, que aparece sólo como fragmento, en nociones de ritmos que emergen y desaparecen o en el último tema como insistencia primitiva. Las guitarras eléctricas también se desligan de la función rítmica en el sentido más estricto y aportan aire, flotación, comentario”.
Y apunta: “Lugares que se dejan atrás, fines de año, atmósferas compartidas, deseos irrealizables, fragilidad de ánimo, conversaciones con aparecidos y con personas por conocer, devoción antes que obligación. Como dice el último tema, descenso: ‘la unidad de tiempo es la respiración y el latido de mi inclinación’. Se llama Calendario porque quise hacer mi propio calendario, ya que Julio César nos dejó el suyo y empecé a grabarlo en su mes y quise intentar armar mi propia cuadrícula y hacerlo a mi tiempo sin dependencias externas. En este caso tomarme mi tiempo fue no esperar. Tomarse su tiempo significa no ser apurado por causas externas, en este caso: Tomarme mi tiempo, hacer mi calendario, fue no ser demorada por causas externas en la medida de lo posible”.
Viene bien que la reina del reino ‘indie’ nos anticipe la preciosa canción Reservado de su nuevo disco “invisibles de lo que fue y de lo que será o podría ser” canta Rosario Blefari. Lo bueno es que el sello Ultrapop tiene una sección de descargas en su sitio web, desde el cual se pueden bajar adelantos en MP3 de todo su catálogo, entre los que se encuentra el nuevo álbum de Rosario Bléfari. Para descargarlo tenés que ir a esta página y dejar un e-mail, y de inmediato te llegará el link. Y sino desde aquí hacés la operación download: http://rapidshare.com/files/155311427/Rosario_Blefari_-_Reservado.mp3.html
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Próximas fechas:
07/12/08 – Rosario en La Plata – Frida Bar 5 e/54 y 55 – 21 hs.
09/12/08 – Presentación de las pinturas de Matías Perego que integran el booklet de ‘Calendario’ en Milion, Paraná 1048, con Rosario & Javier tocando algunos temas en formato acústico. Buenos Aires.
13/12 – Salta – Recital de poesía, a las 19, en el Festival de Poesía del Norte Grande. Y a las 24hs, Concierto Íntimo, en El Teatrino (12 de Octubre y Alvear).
19/12 – Tucumán.
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Más info: www.myspace.com/rosarioblefari
Video data: http://www.zonaindie.com.ar/video-de-rosario-blefari-en-casa-brandon
Video ‘Lobo’: http://es.youtube.com/watch?v=Jwvnc3iTh2A
‘Exacto’: http://www.goear.com/listen.php?v=62f081d
‘Devilidad’ http://www.goear.com/listen.php?v=f352361
‘Estaciones’: http://www.goear.com/listen.php?v=44ff095
‘Convicciones’: http://www.goear.com/listen.php?v=aeddb69

2 de diciembre de 2008

Soy tu fan

Debo reconocer que este asunto de los premios me resulta algo incómodo. Gusta, pero incomoda, para qué negar ambas cosas. Igualmente estamos aquí para dicha cuestión, y lo haremos rápido e indoloro, no sin cierta cuota de placer desde luego.
El primero de los premios ‘I love your blog’ me llegó de AAN desde su maravilloso Afilada amapola nocturna. Soy tu fan nena!
Y desde aquí –arbitrariedades, afectos, afinidades, emociones mediante y por que se me antoja obviamente– el premio-fan ‘I love your blog’ x 5 es para:
Lot por lot-noduerme.blogspot.com
Mixha por mixha-zizek.blogspot.com
Winnie por anatomiademiuniverso.blogspot.com
Malena por encendidaenbuenosaires.blogspot.com
Cleopatra por voluptuososinteriores.blogspot.com


Elijo que estos premios lleguen sin el peso ni la responsabilidad de transformarlo obligadamente en otro forward que pasa y pasa. Si quedan durmiendo en algún lado (como hice yo con uno hace mucho) no pasa nada.
El segundo galardón en cuestión ‘Este Blog está comprometido con el Medio Ambiente’, llegó hace unas semanas de manos de Ari desde su lapupilaencualquierparte.blogspot.com. Rubro pantanoso si los hay, seré dudosamente breve para no aclarar y enturbiar todo esto pasándolo -con mucho afecto- a 6 apreciadas bloggers, como dicta la consigna. Este premio por qué sí es para:
Labrys por unaruna.blogspot.com
Mar y Sol por avecesestoyasiyloescribo.blogspot.com
Anais por elmundodeanais.blogspot.com
Roxana Enredarte por roxana-enredarte.blogspot.com
Pluscuamperfecto por elsurrealismodelpez.blogspot.com
Wonder woman por instintosypulsiones.blogspot.com