12 de febrero de 2009

Maquinaciones del despegue Vigo - II


Afortunadamente la amnesia se viene disipando hace un tiempo con la muestra itinerante “Maquinaciones: Edgardo Antonio Vigo: Trabajos de 1953-1962”. Pasó por Buenos Aires a fines del año pasado, estará hasta el 28 de febrero en el Museo Caraffa en Córdoba, en mayo y junio se expondrá en el Castagnino+macro de Rosario, y en septiembre de este 2009 recalará finalmente en La Plata esta muestra producida por el Centro de Arte Experimental Vigo de La Plata y el Centro Cultural de España en Buenos Aires-CCEBA. El valor de tamaña exposición radica en que nos permite asomar a un período poco conocido de uno de los artistas conceptuales más trascendentes del siglo XX, es decir, ese espacio-tiempo delimitado entre su viaje a Europa en 1953 y la edición de la revista Diagonal Cero en 1962, como en descubrir su obra en directo. Una gran ocasión para comprobar que en Vigo hay mucho más que arte: lenguajes en los bordes de los centros de producción que asimiló como desafíos a las mismas vanguardias; recursos como el grabado, la fotografía, el collage y la poesía visual resignificados en sus formas tradicionales; caminos periféricos al discurso del arte y su relación con la política y la sociedad; humor, ironía y absurdo críticos al statu quo al tiempo que manifiestos de ruptura que operan sobre el lenguaje y la relación arte-espectador.
Entre Duchamp y Macedonio Fernández, Vigo mantuvo a ultranzas su vocación de artista en las márgenes. Su obra lo testimonia: no fue concebida para museos, galerías o salones legitimadores del sistema artístico, sino para la periferia configurada por la calle, la correspondencia postal, las publicaciones, lejos de dogmas y estrategias de legitimación. Su arte nunca fue para la pasiva contemplación del espectador sino para una activa mirada y la toma de posición. Para Vigo debía haber manipulación, co-creación en quienes veían sus obras; y a su público prefería llamarle “constructor-creativo” en vez de “espectador”. La creación debía ser un acto multitudinario y no individual y solitario. Desde luego, Vigo jamás se consideró un artista, solo un “trabajador creativo”, al punto que siempre desconfió de la palabra “arte” (“dentro de mi lenguaje no tiene cabida”).
A poco más de diez años de su muerte, y a unos años más de haberle conocido, y a través de él y su generosidad a su inmensa obra, sigo conmoviéndome por la experiencia que devuelve estar frente a sus obras. La brutal actualidad de su visión sobre el arte, está dicha por el mismo Vigo un año antes de su partida y cuatro antes del cambio de milenio. En una entrevista que le hizo por correspondencia postal el artista-correo holandés Ruud Janssen para TAM Publications, entre 1995 y 1997, donde le pregunta ‘¿Qué esperas del año 2000? ¿Será el comienzo del final de algo?’, Vigo –sin haber llegado a vivir este milenio– se trascenderá a sí mismo con su inusual lucidez y coherencia.
– “Creo que las primeras décadas del nuevo milenio serán determinantes. Si tomamos, como precedente lo que pasó en 1900 - siglo XX - esta idea resulta cierta desde que la "Revolución Industrial - nacida a finales del S. XIX - actúa como elemento fundamental desarrollando nuevos puntos de vista en muchos países. Por ejemplo, en el campo de la creatividad, no hay duda que las primeras décadas aportaron las bases que se han ido desarrollando a través del siglo XX. Las nuevas técnicas han producido un gran impacto a nivel de la comunicación a finales del S. XX como los ordenadores e Internet. Probablemente aparecerá una nueva lengua como un sistema codificado a nivel creativo. Desde este punto de vista me arriesgo a creer que el nuevo milenio es el final de ciertas cosas y el principio de otras, a modo de CONTINUACIÓN DE LO DISCONTINUO”.

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E-A Vigo - Declaración pública de 1968 "Un Arte a Realizar".
“Hacia un arte tocable que quiebre en el artista la posibilidad del uso de materiales "pulidos" al extremo de que produzcan el alejamiento de la mano del observador -simple forma de atrapar- que quedará en esa posición sin participar "epidérmicamente" de la cosa. Vía uso de materiales "innobles" y para un contexto cotidiano delimitador del contenido. Un arte tocable que se aleja de la posibilidad de abastecer a una "élite" que el artista ha ido formando a su pesar, un arte tocable que pueda ser ubicado en cualquier "habitat" y no encerrado en Museos y Galerías.Un arte con errores que produzca el alejamiento del exquisito. Un aprovechamiento al máximo de la estética del "asombro", vía "ocurrencia" -acto primigenio de la creación- para convertirse -ya en forma masiva- en movimientos envolventes o por la individualidad -congruencia de intencionalidad, en actitud.Un arte de expansión, de atrape por vía lúdica, que facilite la participación -activa- del espectador, vía absurdo. Un arte de señalamiento para que lo cotidiano escape a la única posibilidad de lo funcional. No más contemplación sino actividad.No más exposición sino presentación. Donde la materia inerte, estable y fija, tome el movimiento y el cambio necesario para que constantemente se modifique la imagen.En definitiva: un arte contradictorio”.

Muestra itinerante:
Hasta el 28 de febrero 2009 - Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Caraffa (Córdoba)
Del 7-mayo al 28-junio 2009 - Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino + MACRO (Rosario).
Del 4 al 27-septiembre 2009 - Museo Provincial de Bellas Artes de Buenos Aires (La Plata).
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Imágenes:
. Movimiento del rojo (Verona, 1953)
. T3: 00025 trabajos del Sr EAV Nº 22. (1957)