25 de mayo de 2008

El diario de Susan II

No me han sido fáciles los últimos días. Hubo demasiada presión en esta parte del planeta Tierra en esta semana. Sin embargo, la lectura de algunos fragmentos de los diarios de Susan Sontag despierta la lucidez, sacude la somnolencia, inquieta al cuerpo, y revela su lucha por buscar un modo de ser a partir de la escritura. Tanto las revistas Granta como Letras Libres, publicaron hace poco más de un año algunos extractos de los diarios de la gran intelectual neoyorkina a ser publicado por Farrar, Straus & Giroux en 2008 o 2009, impreso con autorización de la Wylie Agency.
Allí asoma una Sontag con sus obsesiones, sus flaquezas, su personalidad vacilante, alguien que acaso no era la imponente figura en que la convirtieron los medios de comunicación sino todo lo contrario (“mi pobrecito ego”) y su autosuficiencia de escritora de éxito. “Ser rara me hace sentir más vulnerable”, anota por allí una mujer compleja, frágil, aguda. ¿Ella quería ser normal (“estúpida”) como los demás neoyorkinos? No sólo íntimamente lo piensa sino que lo afirma (“me hice ‘estúpida’ en mis relaciones personales” (‘Estúpida’ puede leerse también como ‘ciega’).Pareja en sus últimos años de la fotógrafa Annie Leibovitz, con quien firmó Ante el dolor de los demás (2003), fue la autora de Estilos radicales (1969), Bajo el signo de Saturno (1980), Sobre la fotografía (1977), El sida y sus metáforas (1987), entre otros.
Murió el 28 de diciembre de 2004, cuando tenía 72 años. Va aquí la entrega final de estos fragmentos arbitrarios tomados de Diarios.


17 sept. (en el vuelo a NY). 1965
Sartre: «Cuando las opiniones de las personas son tan diferentes,
¿cómo pueden ir siquiera a una película juntas?»
Beauvoir: «Sonreír del mismo modo a los oponentes y a los amigos
rebaja los propios compromisos al plano de meras opiniones, y
a todos los intelectuales, de derechas o de izquierdas, a su condición
común de burgueses.»

8 nov.
Durante 2/3 de The private potato patch of Greta Garbo, quise ser
ella (la estudié; quería asimilarla, aprender sus gestos, sentir lo que
sentía); luego, hacia el final, comencé a desearla, a pensar en ella sexualmente,
a quererla poseer. El anhelo siguió a la admiración: a medida
que mi visión de ella llegaba a su fin. ¿La secuencia de mi homosexualidad?
...
En NY, poca o nula «comunidad», sino un gran sentido de la «escena
».
...
Mi mayor deleite de los últimos dos años ha provenido de la música
popular (los Beatles, Dionne Warwick, las Supremes) + la música
de Al Carmines [actor, compositor, director, reverendo]
En el próximo apt. tendré muchas plantas, agrupadas.
...
Un problema: la precariedad de mi escritura —es exigua, de una
oración a otra— demasiado arquitectónica, discursiva.

[Mediados de noviembre]
Mailer dice que quiere que sus escritos cambien la conciencia de su
tiempo. También lo quería DHL[awrence], evidentemente.
No quiero que ése sea el caso conmigo; al menos no en el sentido
de que intento comunicar un punto de vista particular o una visión
o mensaje.
No es el caso.
Los textos son objetos. Quiero que afecten a los lectores; pero de
todos los modos posibles. No hay un modo correcto de considerar
lo que he escrito.
No estoy «diciendo algo». Permito que «algo» tenga voz, una existencia
autónoma (independiente de la mía).

4 de enero de 1966
La situación de la pintura es difícil: como la ciencia. Todos advierten
el «problema», en lo que se necesita trabajar. Cada artista con su obra
reciente hace público «un libro blanco» sobre este u otro problema,
+ los críticos juzgan si los problemas elegidos son interesantes o triviales.
(El procedimiento de Barbara Rose.) Así Rosalind Krauss afirma
que la linterna, las latas de cerveza, etc. de Jasper son la solución
o la exploración de un problema periférico (trivial) de la escultura actual:
qué hacer con el pedestal... Mientras, se cree que la obra de Frank
Stella es muy interesante porque es la solución a problemas esenciales.
Sin un conocimiento de la historia del arte reciente + de sus «problemas
», ¿quién estaría interesado en Frank Stella?
Los artistas trabajando codo a codo —muy difícil—, todo cambiando
cada seis meses, en la medida en que se reciben más «obras» de las
dif. academias. Hay que mantenerse al tanto, tener un radar muy sensible.
(Para ser relevante, para ser interesante.)
En tanto que en la literatura, la textura es muy laxa. Se puede descender
en paracaídas con los ojos vendados: caigas donde caigas, si
buscas con ahínco suficiente, estás destinada a encontrar un territorio
interesante, inexplorado y valioso. Todas las opciones están disponibles,
poco utilizadas.
...
Jasper me hace bien. (Pero sólo un rato.) Me lleva a sentir que es
natural + bueno + justo estar loca. Y muda. Cuestionarlo todo. Porque
está loco.
...
Mis únicas ideas que parecen «verdaderas» son sobre el pensamiento
mismo (y la emoción) —sus contornos, metodología, dilemas—
Las ideas sobre cómo son las cosas «en el mundo» (valoraciones
de las personas, el arte, las ideas políticas) no siguen siendo persuasivas
mucho tiempo. ¡Volver a mirar esa realidad...!
...
hacer listas (+ cotejar las cosas conocidas, reconocidas, vistas o
poseídas) de una lista ya existente: ¡otra versión de «bendición»!
Doy amparo a las cosas; las «incluyo».

27 de junio, París
Cuando los provos escenifican «happenings» de noche en las calles
de Ámsterdam, hay un riesgo. Provocan a la policía, «dicen» algo,
intentan que ocurra algo. (Más libertad, etc.)
Los happenings en NY no sólo son apolíticos. No arriesgan nada.
Son ejercicios ingeniosos en lo irracional: son del todo inocuos.
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Si mi novela tuviera la velocidad —y el alcance, la relevancia— de
las dos películas más recientes de Godard. La úlcera de Vietnam, el sonido
de las detonaciones de las armas.

6 de agosto, Londres. 66
Peter Brook: muy vehemente, de voz aguda, ojos azul pálido; calvo;
usa jerséis de cuello alto —apretón de manos amable y generoso—,
cara mofletuda
Estudió con Jane Heap (célebre dama de la Little Review de los
años veinte) que vive sus últimos días en Hampstead; discípula de
Gurdjieff; los domingos por la tarde
su interlocutor
...
Grotowski:
De unos treinta y cinco años de edad
Como Caligari o el mago en Mario y el mago
Nadie sabe nada de su vida sexual
Nunca ejerció de crítico
Ha estudiado yoga en la India durante un tiempo
En su compañía nadie ventila sus problemas personales

22 feb., 1967, 3:00 a.m.
Estoy terminando la reseña de [La historia de] O, que se ha convertido
en un ensayo de treinta y cinco páginas. Está bien. En todo caso,
no me creo una palabra de lo que digo.
Es interesante, tal vez valioso; pero no veo cómo puede ser «cierto».

6 de abril
Conjuntos de SF
The Grateful Dead
Nitty Gritty Dirt Band
The Great Society
Jefferson Airplane
The Only Alternative + his Other
Possibilities
The Myddle Class+
The Mothers of Invention (¿LA?)
24
Susan Sontag
The Byrds (LA)
Country Joe + the Fish
The Quicksilver Messenger Service
Big Brother + the Holding Company
The Turtles
The Miracles
The Sparrows + the Charlatans
En Calif. un desconocido es un amigo [en potencia] hasta que demuestra
lo contrario; en NY, un desconocido es un enemigo hasta
que demuestra lo contrario. Se pierde mucha energía en NY con esta
hipótesis
...
La vida ideal: dedicarse sólo a cosas indispensables.
Dos maneras de ser: una santa o una ladrona
La imagen de mí misma cuando tenía tres o cuatro años: la genio
detestable. Dejo que la una compense a la otra. Desarrollo relaciones
que satisfacen sobre todo a una o a otra.
...
Sartre (cf. Les Mots) es la única otra persona que conozco que
tenía esta «certidumbre» de su genio. Vivía una vida póstuma incluso
en la infancia. (La infancia de un hombre célebre.) Una suerte de
suicido: la «obra» genial que sabes que crearás cuando seas adulta
será tu lápida. La lápida más grandiosa posible.
Sartre era muy feo, y lo sabía. Así que no tuvo que desarrollar al
«detestable» para compensar a los demás por ser un «genio». La naturaleza
se había encargado del problema. No tuvo que inventar una
causa de su fracaso o del rechazo ajeno. Como yo, que tuve que volverme
«estúpida» en las relaciones personales. (Por «estúpida», léase
también «ciega».)

Fotografía: Retrato de Sontag por Peter Hujar, 1975.