15 de mayo de 2008

La ligereza de la sangre


"Se nos ha vuelto familiar la idea de que habitamos una bola que va volando con la velocidad de un proyectil por las profundidades del espacio hacia torbellinos cósmicos.
En Rimbaud la marcha sobrepasa ya todo lo imaginable. Y todo espíritu anticopernicano, si sopesa con cuidado la situación, se dará cuenta de que es infinitamente más fácil acelerar el movimiento que el regresar a una andadura más reposada.
Es eso estriba la ventaja de los nihilistas sobre todos los demás. En eso estriba también el enorme riesgo de las acciones teológicas que están abriéndose paso.
Existe un determinado grado de velocidad para el cual todos los objetos quietos acaban transformándose en una amenaza y tomando la forma de proyectiles.
En los cuentos árabes basta con pronunciar el nombre de Alá para que demonios que vuelan por los aires queden abrasados como por el fuego de un astro".
'Silencio'. Ernst Junger

Para qué perderse en la lejanía cuando lo bueno se encuentra tan cerca. Maten al maldito disc jockey porque la música que pasa no tiene nada que ver con mi vida. Río, me río mucho. La noche es larga y tenemos tiempo para nuestro bondage. El tiempo que choca entre los bordes es el único tiempo que define formas. Poner bordes. Lo único que se puede hacer es levantarse e irse. Well, dijo Gaby. Bebamos el mar. Bébete el mar.